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El antichavismo como bandera

¿Es Madrid la nueva Miami?

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Desde 2015, la abrumadora mayoría de los migrantes de la Comunidad de Madrid son latinoamericanos. En su mayoría venezolanos, muchos son millonarios que se vuelcan al mercado inmobiliario por sus ventajas fiscales, agudizando el proceso de gentrificación y especulación inmobiliaria. Fuertemente antichavistas, conforman un polo de derecha cada vez más fuerte en la capital española.

Desde mediados de la década de 2010, latinoamericanos adinerados, sobre todo venezolanos, han optado por instalarse en la capital española. A ello se suma la llegada paralela de cientos de miles de sus compatriotas menos afortunados que han venido a ocupar los empleos más precarios o a crear pequeños comercios. Entre ellos hay un potencial de futuros votantes que la derecha busca atraer.

Veredas inmaculadas, amplias avenidas arboladas, transeúntes elegantes, restaurantes gourmet. El barrio madrileño de Salamanca, donde el ingreso medio de sus habitantes los sitúa entre el 1% más rico de España, cuenta con todos los atributos habituales de un buen distrito de una capital europea. Este reducto de la alta burguesía, que las bombas de Francisco Franco durante el asedio de la ciudad entre 1936 y 1939 esquivaron prudentemente, acoge ahora una nueva población extranjera igualmente acomodada.

Migrantes acomodados, y no tanto

“Hay unos 5.000 venezolanos ricos en Salamanca”, explica David Placer, que se define como “periodista independiente especializado en la comunidad venezolana”. Juan Carlos Gutiérrez es uno de ellos. Nos recibe calurosamente en su nuevo restaurante, Impero. Los detalles están bien cuidados, al igual que la imagen de este abogado penalista que actualmente se especializa en derecho internacional de los derechos humanos, tanto en la práctica privada como en la Corte Penal Internacional (CPI). Con su cocina abierta, sus chefs italianos, su artista ecuatoguineano cantando ópera y su ambiente cosmopolita, el abogado de las figuras de la oposición al chavismo parece encantado con su primera inversión en España.

Tres ex presidentes mexicanos de derecha también han optado por instalarse en la Comunidad de Madrid: Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Carlos Salinas de Gortari, que recientemente obtuvo la nacionalidad. Desde 2013, muchos otros han elegido la capital española como su nuevo remanso. Estos venezolanos, mexicanos y colombianos que han venido a invertir aquí, y a veces a vivir y trabajar, ponen la mirada en propiedades más discretas –y también más caras– que los restaurantes italianos. Se trata, sobre todo, de departamentos completamente reformados al más alto nivel por promotores especializados. El barrio de Salamanca está lleno de ellos. “Tienen entre 300 y 400 metros cuadrados, lo normal en este tipo de departamentos, con un precio medio de 12.000 a 14.000 euros el metro cuadrado”, explican Ofelia Núñez y Carlos de Almeida, directora de la inversión residencial y director de la nueva construcción residencial, respectivamente, de la filial española de la consultora inmobiliaria estadounidense Coldwell Banker Richard Ellis (CBRE). El precio medio por metro cuadrado en la capital se estimó en 4.200 euros en abril, frente a los 3.977 euros de un año antes.

Los cambios introducidos por el Partido Popular (PP) en 2013 explican en gran medida el repentino interés de los latinoamericanos por los inmuebles de lujo en Madrid. “Una de estas disposiciones es la creación de las SOCIMI [Sociedad Anónima Cotizada de Inversión en el Mercado Inmobiliario], empresas dedicadas a la especulación inmobiliaria que casi no pagan impuestos sobre los beneficios”, explica Valeria Racu, portavoz del Sindicato de Inquilinos de Madrid. “Esto hace que el ciclo especulativo sea muy rápido”. El clan de Henrique Capriles Radonski, candidato en las elecciones presidenciales venezolanas contra Hugo Chávez en 2012 y Nicolás Maduro en 2013, no tardó en abrazar este nuevo régimen fiscal, como demuestra la creación de Agartha (2014) y Orinoquia Real Estate (2017), dedicadas respectivamente al coworking y al alquiler temporal de alojamientos de lujo.

“Madrid tiene la presión fiscal más baja de todas las regiones españolas”, afirma Kuka Jiménez, directora de comunicación de Invest In Madrid, organismo que depende de la dirección de Economía de la Comunidad Autónoma de Madrid. “Actualmente es la única (…) que no tiene impuestos locales propios”, afirma con entusiasmo. Esta elección le ha permitido convertirse en el principal punto de entrada de la inversión extranjeras directa (1), con más del 50% del total de este tipo de inversiones en el país. Pablo Carmona, de la Fundación de los Comunes, lo califica de “enorme dumping fiscal” (2).

“Cada semana tenemos dos o tres inversores de Latinoamérica que buscan comprar una vivienda, el 80% en Madrid”, explica el cofundador del gabinete Cremades & Calvo-Sotelo. Javier Cremades, uno de los abogados más prestigiosos del país, nos recibe en sus oficinas, decoradas con retratos de los dos fundadores. Desde la elegante calle Jorge Juan en pleno barrio de Salamanca, Cremades asesora a las fortunas extranjeras que desean establecerse en España y presta asistencia en materia de derechos humanos. En particular, ayuda a la oposición venezolana en el exilio. “También hemos trabajado para el gobierno de Juan Guaidó para intentar recuperar activos [NDR: del Estado venezolano en beneficio de esta administración paralela]”, nos informa.

Pero el dinero no es el único motivo de la emigración. Muchos de los venezolanos que han llegado recientemente a Madrid están en malos términos con el gobierno de Nicolás Maduro. “En 2017 estaba agotado físicamente”, dice Gutiérrez, ahora socio del gabinete Cremades & Calvo-Sotelo. Se fue del país y abandonó su negocio de hotelería y venta de autos. Antonio Ledezma, alcalde de Caracas entre 2008 y 2015 y uno de los opositores más hostiles al gobierno, también dejo el país en 2017. En cuanto llegó, el ex presidente del gobierno del PP, Mariano Rajoy, le ofreció la nacionalidad española y él la rechazó. Otros aceptaron, como el padre del opositor radical Leopoldo López Gil, actualmente diputado europeo del PP, los padres de Capriles Radonski, y el periodista y ex diputado Miguel Henrique Otero. El diario que Otero actualmente dirige, y del que es propietario, El Nacional, en su momento favorable a Hugo Chávez cuando iba camino a su primera elección (1998), se vio atacado por el poder actual. Ahora Otero dirige desde su casa una edición digital del periódico, cuya línea define como “opuesta a los populismos de izquierda”.

Sin embargo, no todos los recién llegados a Madrid desde América Latina son multimillonarios, ex dirigentes de derecha u opositores políticos. “El número de venezolanos se ha disparado en los barrios de Entrevías y San Diego”, observa Placer. (...)

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Héctor Estruch & Vladimir Slonska-Malvaud

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