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Condiciones laborales de los trabjadores

Juegos Olímpicos responsables: un trabajo inconcluso

Los organizadores han manifestado su ambición de preparar los primeros Juegos Olímpicos sostenibles, inclusivos y solidarios. En Sena-Saint Denis, donde se está construyendo gran parte de las instalaciones, ya se ve la realización, pero también los límites, de estas promesas en cuanto a condiciones de trabajo y beneficios económicos y sociales.

“Hemos demostrado que podemos ser responsables, si no ejemplares, a nivel social”. El 23 de septiembre de 2023, Bernard Thibault, exdirigente de la Confederación General de Trabajo (CGT), tomó la palabra en el escenario de la Cité du Cinéma, en Saint Denis, en calidad de copresidente del comité de seguimiento de la carta social de los Juegos Olímpicos (JO) de París 2024.

Al mismo tiempo, Moussa H. terminaba su turno. También él conoce bien la Cité du Cinéma: linda con el emplazamiento de la Villa Olímpica. Allí estuvo trabajando en negro varios meses. Ese día, sentado bajo el sol de otoño, se toma su tiempo. Llegó a Francia en 2008, viene de Mali y acaba de obtener su primer permiso de residencia de un año. “He vivido todos estos años con miedo en el estómago. Incluso en mi casa, por la noche, temía que me arrestaran”. Sin papeles, pero con trabajo: “En quince años, nunca he pasado más de tres meses sin trabajar. Siempre hacen falta trabajadores sin papeles en las obras”. Las de los Juegos Olímpicos no serán una excepción.

Su tarjeta de identidad profesional para el sector de la construcción y las obras públicas (BTP) está siempre en su billetera. Gracias a este pequeño pedacito de cartón plastificado, H. pudo entrar a diario en la futura Villa Olímpica situada en el corazón del nuevo barrio de Pleyel, en el muelle del Sena de Saint Denis. Fue contratado bajo pseudónimo por un equipo de subcontratistas de la construcción, que crearon o vendieron empresas con muy poco capital social, entre 1.000 y 2.000 euros. “¡Eso no pasa en una agencia de trabajo temporal! Es el boca en boca. Mandamos nuestros documentos por mensaje de texto o por WhatsApp, y al día siguiente tenemos la dirección. Nadie se preocupa por saber si es realmente nuestra identidad”. Según la oficina de la CGT de Bobigny, al menos un centenar de obreros sin papeles participaron en la construcción de las instalaciones olímpicas, una pequeña proporción de la mano de obra, dado que la construcción de estas instalaciones supuso casi veinte millones de horas de trabajo (1).

La fiscalía de Bobigny abrió una investigación preliminar por trabajo oculto después de que, en junio de 2022, una inspección de trabajo revelara la presencia de trabajadores sin papeles en la obra. Unos meses después, diez de ellos—entre los cuales se encontraba H.—decidieron llevar ante el tribunal laboral a las grandes empresas de construcción e ingeniería civil Vinci, Eiffage, Spie Batignolles y GCC, así como a ocho subcontratistas, para denunciar su explotación.

“Es supervivencia”

El caso condujo a la regularización de veinticinco trabajadores. “No teníamos contrato de trabajo, ni nómina, ni mucho menos vacaciones y horas extraordinarias”, cuenta este trabajador de cuarenta años. No tenían zapatos ni equipo de seguridad, aparte de “un casco, cuando quedaba alguno, y un par de guantes para la semana”. Contratados como peones de obra, los trabajadores sin permiso de trabajo tienen que estar preparados para todo: albañilería, taladro, limpieza y desencofrado. “Cada mañana, un capataz te dice a dónde ir. Tenemos que aceptar, si no nos reemplazan. Para nosotros, es supervivencia”, dice.

En junio de 2018, las cinco organizaciones sindicales representativas de los empleados celebraron la firma de una carta social junto a las organizaciones patronales. Elaborada durante la fase de candidatura, la carta se utilizó incluso como argumento en la campaña de París para ganar los Juegos Olímpicos. Posteriormente se creó un comité de seguimiento, copresidido por Thibault y Dominique Carlac’h, vicepresidenta del Movimiento de Empresas de Francia (MEDEF).

En un comunicado de prensa publicado el 4 de marzo de 2021, la Sociedad de Distribución de Obras Olímpicas (SOLIDEO) se comprometió a “gestionar obras ejemplares a nivel social luchando contra el empleo ilegal, las prácticas anticompetitivas y la discriminación, y garantizando la calidad de las condiciones de trabajo”.

A pesar de la carta de SOLIDEO, las prácticas no cambian, según Jean-Pascal François, secretario federal de la CGT Construcción: “Las cartas tienen el mérito de existir, pero está claro que, si los sindicatos no ponen presión, las cosas se quedarán en la carta de intención. Además, a pesar de las promesas, hemos tenido muchos problemas para entrar en las obras”. Debido a la subcontratación en cascada y la dificultad de demostrar la responsabilidad de los comitentes. “Es un problema de precios: el contratista general obtiene un margen con la subcontratación. Pero cuantos más intermediarios haya, menos dinero queda para lo que llamamos “la mano”. Así que tienden a hacer trampas”, coincide Philippe Servalli, presidente de la Federación Francesa de Construcción Grand Paris Île-de-France. “Efectivamente son situaciones muy comunes en el sector de la construcción, pero este tipo de prácticas no tiene cabida en las obras de los Juegos Olímpicos. Nuestro deber de dar ejemplo significa cambiar eso”, subrayó Antoine du Souich, Director de Estrategia e Innovación de SOLIDEO, después de que los trabajadores malienses presentaran su primera denuncia. La Inspección de Trabajo habría realizado más de mil inspecciones. Sin embargo, unos meses más tarde, en octubre de 2023, un centenar de trabajadores sin papeles bloquearon la obra del Arena, el futuro estadio olímpico cubierto del barrio de La Chapelle, para exigir que también ellos fueran regularizados, con el apoyo de la Confederación Nacional de Trabajadores—Solidaridad Obrera (CNTSO). “Sin papeles, no hay Juegos Olímpicos”: la ocupación se reanudó en diciembre para reclamar la readmisión de los manifestantes, que habían sido despedidos tras el movimiento de octubre.

Morir en el trabajo

A principios de 2024, el comité de seguimiento de la carta social reconoció 167 accidentes laborales, entre los cuales 27 graves, pero ninguno mortal. “Los JO son una vidriera mediática mundial, así que es cierto que se han puesto medios en materia de prevención y protección. Pero basta con cruzar la calle para contar los accidentes mortales”, prosigue François. Los organizadores de los Juegos excluyeron de su recuento los accidentes y fallecimientos registrados en las obras de construcción de las estaciones del Grand Paris Express o en la labores de saneamiento del Sena. Como la muerte de Seydou Fofana, un joven de 21 años con contrato de retorno al trabajo que se cayó de una losa de hormigón en abril de 2023, o la de Amara Dioumassy, un obrero de 51 años que murió atropellado por una camioneta en julio del mismo año. “Pero estas obras se realizaron con el objetivo de ser entregadas a tiempo para las competencias de los Juegos Olímpicos”, afirma el sindicalista.

Entre los demás objetivos fijados en la carta social, las repercusiones económicas locales figuraban en primer lugar. Para la construcción de las instalaciones olímpicas, SOLIDEO se comprometió a poner el 25% del valor del contrato a disposición de (...)

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Margot Hemmerich

Periodista. Colectivo Singulier

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